El club de los poetas muertos

El club de los poetas muertos

El club de los poetas muertos, dirigida por Peter Weir en 1989, quien posteriormente dirigiría El show de Truman, protagonizada por Robin Williams, junto a unos jovencísimos Ethan Hawke y Robert Sean Leonard, ganadora del Óscar a mejor guión original, llega hoy a Walking.

“Toma las rosas mientras puedas,

veloz el tiempo vuela,

la misma flor que hoy admiras

mañana está muerta”

El primer poema recitado John Keating como profesor durante su primera clase ya es un preludio, si no una declaración en toda regla, del argumento del film. En el internado, en el “infernal”, Welton la educación se rige por una estricta norma de conducta basada en los valores de tradición, honor, disciplina y excelencia. Su misión: preparar a los alumnos para un futuro brillante. Y entonces aparece John Keating, un exalumno ahora profesor de literatura, que les descubrirá el mundo de la poesía de tal forma que entrará en conflicto con la estricta moralidad de la institución educativa. ¿Cómo? Mediante El club de los poetas muertos.

Gran película que cuenta con una buena, no excelente, interpretación de Williams y brillante por parte de Hawke y Sean Leonard. Una película que, por lo menos, pone sobre la mesa la cuestión, siempre presente, aunque no de forma directa, sobre cuál es el límite del profesor, cuál es su misión.

Un año sin Nujabes

Hoy hace ya un año que el productor y DJ japonés Nujabes murió en un accidente de tráfico., dejando en el aire lo que podría haber sido una gran carrera musical.

Desde Walking lo homenajeamos con su tema "Folklore" del CD "Modal soul classics".

Umbrella

En el día de hoy: sorpresón.
La nueva sensación pop, todos sabemos que eso significa cuerpo y poco más, encarnada en Rihana defendiendo su canción en el cuadrilátero de Walking On The Wild Side frente a The Baseballs, un grupo bastante divertido la verdad, luchando por el título a mejor versión de Umbrella.

José de Espronceda

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar.

Allá mueven feroz guerra

ciegos reyes

por un palmo más de tierra;

que yo aquí tengo por mío

cuanto abarca el mar bravío,

a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa

sea cualquiera,

ni bandera

de esplendor,

que no sienta

mi derecho

y dé pecho

a mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar.

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