2001: Una odisea en el espacio


Stanley Kubrick, de 1968, todo un clásico.
Basada en El Centinela, escrita por Arthur C. Clarke, guionista junto a Kubrick, pasó a la historia ya desde su inicio con la apoteósica obra de Richard Strauss Así habló Zaratustra como telón de fondo para, digámoslo así, nuestros antepasados.
Obra que, a mi entender, trata de explicar la evolución del hombre, cosa evidente ya desde el inicio, mas mucho se habla de ella y en gran estima se la tiene como para resumirla en tran pocas palabras. Tratemos de andentarnos, pues, un poco más en ella. A menudo, y no le estoy quitando razón alguna en absoluto, se considera que las primeras escenas, las de los primates, simbolizan no sólo la evolución o, mejor dicho, junta a ésta, las idea de voluntad de poder, tan gustosas para jóvenes idealistas que todos hemos sido, de, también idolatrado, Nietzsche. No obstante, si en este momento puede verse ello, no hay motivo que no sea la ignorancia para no ver lo mismo en el resto del film, y, si prefieren que concrete, con Hal 9000, el superordenador con principales rasgos humanos.
Lo que no me queda tan claro es el famoso monolito, esa figura rectangular negra que simboliza el conocimiento, con su desgastada metáfora, nacida según me dijeron en el oscuro Parménides, de la iluminación, la ilustración, la metáfora de la luz como saber verdadero. El hecho de esto que escapa de mi es ¿qué simbolizan exactamente?, mejor dicho ¿quién lo puso ahí? Muchos son los que dicen que vida extraterrestre, sin embargo, no entiendo por que no dicen que lo hizo Dios, o cualquier otra deída parecida, o con su misma tarea, que el Demiurgo platónico. Investigando, es decir, leyendo la wikiepedia, descubrí que la idea de Dios es rechazada por sus propios autores, no somos quienes para decir nada más pues, lo cual explicaría las últimas escenas, las de la casa recreada como una especia de bioparc, sí, bioparc, para el hombre., tal como ellos lo explican. En líneas generales, es evidente que el monolito, el conocimiento, nos vino dado, impulsado tal vez sea mejor dicho.
Otro aspecto a degustar de la obra, será mi último comentario, es la calidad en toda ella, con sus largos períodos de silencio, realista por otra parte, algo inquietantes, punzantes, la gran banda sonora y los último momentos, el viaje espacial, llenos de siluetas coloridas sin forma clara y algo psicodélicas.

1 comentari:

Sr. Amarillo ha dit...

Curiosamente, el martes me comentastes que ibas a hacer esta entrada y, ese mismo día mi hermano Manu estaba reviendo la peli otra vez más.

En cuanto a tu comentario, decir que es curioso como, auque visto desde otro punto de vista, seguimos utilizando a Nietzsche para entender nuestro alrededor, quizás a veces demasiado.

Por otro lado tirando hacia el tema del monolito, el otro día nos fijamos que todo ser que toca la alargada figura negra consigue avanzar (como el mono que luego coge el hueso) o superar las adversidades (como el astronauta) siendo así algo como la evolución en si misma. Entonces, ¿cómo es que no todo los monos y los astronautas no se tiran a tocar el oscuro predrusco? Pero quizás éste sea uno de los encantos de la peli, que te deja rienda suelta a tu propia interpretación de los hechos.