Allá sobre el 2007, Todd Haynes sacó una película sobre Bob, al más puro estilo Dylan: I’m Not There.
La vida del cantautor americano vuelve a ser reconstruida atendiendo a su obra. Ello da pie a considerar al cantante como distintos tipos de personas, como un hombre encerrado en varios personajes. Podemos verle como el cantautor folk que se dio a conocer por encima del resto, como un pequeño negro aferrado al blues, como una estrella eléctrica, como un poeta, como un forajido.
Su compañera momentánea de viaje, Joan Baez, junto a tantos transeúntes igual a ella, aparecen disfrazados con distintos nombres y rostros, pero fácilmente reconocibles.
La figura de Dylan se reparte entre Marcus Carl Franklin, Ben Whishaw, Christian Bale, Richard Gere, Heath Ledger y Cate Blanchett, quien ocultó sus curvas en una grandísima interpretación premiada con tres nominaciones, al Óscar, a los premios BAFTA y a los Premios del Sindicato de Actores, así como con un Globo de Oro a la mejor actriz de reparto. El resto de personajes, como cantantes folk, esposas o el mismísimo Pat Garret los encarnan, entre otros, Julianne Moore, Charlotte Gainsbourg, Kris Kristofferson, Michel Williams o Richie Havens, quien abrió el Festival de Woodstock.
Una buen film para entender a un hombre difícil de comprender a través de su, comúnmente, malinterpretada música.
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