Capítulo 1: La llegada

Las hileras de árboles se sucedían unas tras otras mientras avanzábamos con mi viejo coche rojo. No sabía bien si se trataban de pinos, eucaliptos, robles o madroños. Nunca me han interesado las plantas ni los árboles. A mi lado, Nuria daba golpecitos con los pies contra el suelo, lo sabía tan bien como yo. 3, 2, 1…

- Adrián… ¿Nos hemos perdido verdad?

- Mmmmmmm, no lo sé, igual no- dije con más indiferencia que esperanza.

- Me miró con una media sonrisa y me dijo- ¿Qué dirán todos cuando vean que el puntualísimo Adrián llega tarde?

- Bueno, todos saben que iba a ir a recogerte, así que no creo que a nadie le sorprenda- contesté con un tono jocoso- Pero bueno, así no espero aunque sea sólo por una vez- Dije mintiéndome a mí mismo, pues siempre me había gustado ver como la gente iba llegando y ver con que ánimos aparecían.

- Claro que sí, si es que te hago vivir nuevas experiencias.

- Me vale con irme un fin de semana a una mega-casa en mitad de la sierra a pasarlo bien con mis amigos.

- Ya pensaba yo que iba a ser demasiado para ti dos cosas a la vez… Pero bueno, tomate esto como un entrante al fin de semana.

- Seguro.- Dije sin demasiado convencimiento, no sabía bien por qué pero el viaje se me estaba haciendo largo, me encantaba hablar con Nuria pero había madrugado y estaba un poco cansado. Además el tener que llegar y ver a Roberto con varias cervezas esperándome me daba un poco de pereza, no me apetecía beber ahora mismo.

Pese a no saber muy bien donde estábamos, habíamos tenido suerte, pues vimos el coche de Pedro girando una rotonda. Éste nos pegó un pitido y nos hizo un gesto con la mano para que le siguiéramos, lógicamente, no dudamos.

- ¡Ahí está Pedro, seguro que él sabe llegar!- Dijo Nuria.

Asentí.

En el coche de Pedro, se podía ver también a María, Ricardo y Raquel, que nos saludaron con las manos.

María y Raquel lucían su sonrisa típica pre-cotilleo y apuesto el brazo que hablarán de si Nuria y yo tenemos un lio o no y cosas por el estilo. A mí, la verdad, tanto me daba lo que dijeran. Ricardo por el contrario, miraba a través de la ventana, haciendo patente que le interesaba tanto el tema como a mí. Desde luego, Ricardo siempre había sido un tipo de lo más discreto al que no le atrae la idea de meterse en asuntos ajenos, muy buen tipo sin duda.

Al volante, Pedro sonreía mientras soltaba comentarios que hacían reír a las dos chicas. Es necesaria una persona que de ese toquecito de humor en todo grupo, hasta en los entierros. Y en nuestro grupete de amigos, Pedro sería el que va de amarillo a los entierros.

Tras unos quince minutos de travesía llegamos a la casa de Susana. Nunca había estado antes, y la verdad, me quede asombrado. Aquello parecía una mansión. Tenía una especie de jardín exterior con unos campos de naranjos y olivos. No sé si era de una, varias o media hectárea pero era lo suficientemente grande como para que unos niños lo pasasen de miedo jugando por ahí al escondite. Al acabar los campos se alzaba la casa. Ésta tenía una puerta principal y unas escaleras, a ambos lados de dicha puerta que subían hacia una especia de terraza que había en la primera planta. Era toda de color blanco, y pese a que era imposible que esa casa fuese nueva, por la zona de la sierra en la que estaba y el estado de la valla que anunciaba que entrabas en propiedad privada, la casa se conservaba perfectamente, seguramente a causa de una o varias reformas.

Aparcamos en un parking habilitado seguramente para la ocasión que quedaba a la izquierda de la casa. Digo habilitado para la ocasión por qué era evidente que al menos, un tiempo atrás, en esa parte de la propiedad había habido un granero o algo por el estilo, ya que todavía quedaban por ahí esparcidas maderas, tejas y vigas pertenecientes a la antigua construcción.

Nuria no dejaba de soltar comentarios de asombro acerca de la casa, estaba claramente sorprendida con el dinero que manejaba la familia de Susana, desde luego no era para menos.

Bajamos todos de los coches y, efectivamente vimos el resto de coches ya aparcados junto a los nuestros, éramos los últimos. Entre los seis cogimos todas las cosas que habíamos llevado para pasar el fin de. En su mayoría comida y alcohol. Al llegar a la puerta principal oímos la inconfundible voz ronnca de Roberto desde la terraza que quedaba subiendo las escaleras.

- ¡Hombre! ¿Ya era hora no?-Dijo gritando.

Lógicamente, junto con él se asomaron José Luis y Juanjo. Estos tres siempre van juntos, y como ya había predicho los tres tenían un pack de cervezas en una de sus manos. Típicos pedofas cierra bares. Gente divertida a la que acabas conociendo porque coincides con ellos cada vez que vas al bar típico de la universidad. Sólo que estos siguen aquí años después de haber terminado la carrera.

Además de estos tres, en la terraza había dos chicas a las que no había visto en la vida, y sinceramente me extrañaba que cualquiera de los miembros del festivo trío hubiese “malgastado” un fin de semana de desfase chaletero trayendo a una chica que había conocido tras la última juerga. Tras mi mirada de desconcierto, Juanjo no tardo en dar explicaciones:

- Estas dos chicas son Sara y Marion, son amigas de Susana de la infancia. Marion es francesa. Ya sabes lo internacional que es Susana que enseguida hace coleguitas por ahí.

Acto seguido me presente y les di la mano, nunca me han gustado los besos ni los abrazos. Me parecen forzados en según qué momentos.

- ¿Y Susana?- Pregunté

- Nada más llegar se metió en la casa para organizar algunas cosas, dijo que no entrásemos hasta que huvieramos llegado todos.- Me contestó Sara.

- De todas maneras ya estamos todos aquí, además tengo gusa y mis cervezas están calentorras así que necesito cambiarlas. ¿Tiramos para adentro?

- Go!-Grito energéticamente Nuria.

Efectivamente todos nos dispusimos a bajar ordenadamente por las escaleras y entrar a la casa. El fin de semana había empezado oficialmente.

4 comentaris:

Anònim ha dit...

Muchos personajes entre unas cuantas faltas y un estilo natural en un inicio que marca bien el comienzo. Vale, entiendo por dónde va la cosa, veré como puedo llevarla, pero aviso que voy a por todas. Aunque todavía no sé que personaje escogeré.

Andresito!! ha dit...

Me pido a Adri (lógicamente) y si no te importa también a Nuria, pero hacer lo que gusteis.

Trabajaré más las faltas, lo siento!

Lusan ha dit...

Estoy con Pitu. Todavía no sé tampoco qué personaje coger, pero lo miraré bien. Es un buen comienzo.

Lusan ha dit...

Bueno os informo de que me pido a Pedro y también a Ricardo. El martes publicaré.