Déjala que caiga.

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Paul Bowles, nacido en Nueva York en 1910 y fallecido en Tánger en 1999, compositor y escritor, presentó, tras el éxito de El cielo protector, de 1950, su segunda novela en 1952, Déjala que caiga, título inspirado, como el mismo autor confiesa, en unas palabras encontradas en la obra de William Shakespeare Macbeth. Una historia en la cual un ser inexistente llamado Dyar buscará su existencia por las calles de la Zona Internacional, la actual Tánger; una historia a primera vista muy prometedora pero que, en opinión propia, toca el fracaso, sobre todo, por un estilo a veces anodino. Les dejo una cita para que juzguen ustedes mismos:

Dyar se sentía aún descentrado: no era nadie, y estaba allí de pie en medio de un país inexistente. La ciudad era una falsificación: una sala de espera entre conexiones, una transición de una manera de ser a otra, algo que, de momento, no era ninguna de las dos cosas, no era nada. (…) Un poco más allá de las afueras se hallaba la frontera de la Zona Internacional y, detrás, las montañas. Dyar se vio a sí mismo como un prisionero que ha rota la primera barra de su celda, pero se encuentra todavía dentro. Y la libertad no estaba a la venta por 390 dólares.

7 comentaris:

Andresito!! ha dit...

Ciertamente parece una buena idea con una mala ( sencillamente no la mejor) manera de contarla.

manuel ha dit...

¡A Charlie ya no le gustan ni las obras que publica el mismo!

Anònim ha dit...

Últimamente estoy más exigente de lo normal, cierto.

Andresito!! ha dit...

A mí personalmente me gusta esto de que no sólo hayan críticas positivas, anda que no nos hemos llevado desilusiones con pelis o libros alguna vez!!

manuel ha dit...

Ni
Idea de porque lo dices
No ha habido ninguna vez que la
Jodieras
A la hora de elegir película

Ay, ay,
Spera que me viene algo a la cabeza
Será solo mi imbginación?
Acaso nunca has cometido ninguna pilililla?
Seguro que no
I
Ni quiero pensar que ocurriría

Anònim ha dit...

¿Pilillla? De verdad Manu, ¿pilililla?

manuel ha dit...

De toda la vida, de verdad Charlie. Perdona si a veces no entinedes mi lenguaje lleno de coloquialismos, pero esque no me considero un culto nefelibata, sino un idealista con los pies en el suelo, y como dijo Catulo:
pedicabo ego vos atque rumiabo, y no te lo digo a ti sino en general a todos, hoy soy rebelde.