Noche estrellada


Hijos de Literatura Eléctrica [Vol. 2]

Julio abrió los ojos, y en lo primero que reparó fue en que sus manos se habían convertido en raíces alimentadas por un río subterráneo e invisible. De un torpe manotazo apartó de su pelo los sueños que todavía no había cerrado. Se incorporó y puso los pies en la tierra húmeda que ocultaba al río. Avanzó alzando la vista hacia las cenizas de las hogueras del norte. Durante la marcha, dejó atrás una interminable fila de puertas abiertas y barcos anclados.
Inconscientemente intentó serenarse buscando algún objeto familiar y propio. Un cable a tierra.Víctor cerró el libro en el capítulo sesenta y ocho, después se dio una ducha y, más tarde, frente al espejo, pasó largo tiempo buscándose canas e imperfecciones en el rostro. También estuvo escuchando la radio para informarse de la climatología pues al día siguiente, a primera hora, debía viajar a Florencia para cerrar un importante acuerdo editorial. Animado por la privacidad del momento, comenzó a hacer muecas y tonterías frente al espejo y por un momento lamentó que el mundo se hubiese perdido a semejante artista. Se puso el albornoz de seda con sus iniciales estampadas en blanco añil y apagó la luz no sin antes dirigir una última mirada de ganador nato al espejo casi ya sin reflejo. Se dirigió al salón y encendió la tele. Sólo buscaba algo ignorable que le hiciera dormir rápido. Unos minutos después, alargó su brazo hacia la derecha y cogió el libro.
La catarata era ya insalvable. Por mucho que Julio intentase remar a contracorriente la caída era inminente. Las estrellas marcaban una dirección contraria y el aire se había convertido en una pesada carga. No había rastro de luz. La fuerza del agua le hizo levantarse sobre sí mismo para después ir cayendo paulatinamente, mecido como las hojas en el viento de un largo otoño. Julio, por un momento, logró alzar la vista hacia la cima de la cascada y pudo verse cayendo de la balsa de nuevo.

El vuelo despegó puntual hacia Florencia. Víctor, ataviado con uno de sus mejores trajes, viajó seguro hacia su destino. Se dice que un hombre elegantemente vestido tiene más de medio trato cerrado. Pensó que con el dinero que iba a ganar podía comprarse por fin la Goleta Turquía. Esa joya moderna que alcanzaba los doce nudos sin despeinarse; con su eslora de caoba laminada y su área vélica de 265 metros cuadrados. La cantidad de aventuras que iba a correr con esa maravilla. Un día invitaría a los otros directivos y daría una fiesta en altamar. Rió al imaginar las caras de los demás al verle en lo más alto del escalafón social. El trayecto se hizo corto. La ciudad de su infancia le esperaba de nuevo y esta vez venía dispuesto a ganar.

Una vez sumergido en el lago, Julio cayó en un profundo letargo mientras el color de todas las cosas pareció encaminarse irremediablemente hacia el gris. Intentó en vano abrir los ojos, luchar por salir nadando pero el agua parecía haberse convertido en una pegajosa tela de araña. Las fuerzas comenzaron a agotarse. La orilla se encontraba a menos de dos brazadas pero en la arena ya había restos de sangre mezclada con recuerdos y paisajes comunes; también una última instantánea polarizada de la ciudad de Florencia.

Víctor volvió de nuevo a casa. Todo salió a pedir de boca. No sólo cerró el acuerdo, sino que además logró sacar casi el doble de lo acordado al encontrar unos errores en los contratos.
Antes de acostarse, descorchó una botella de Chateau D´Yquem 1787, el vino de George Washington. La sangre de los vencedores. Alzó la copa y brindó por todo lo que había sacrificado para llegar hasta allí pero sobre todo por lo que vendría después. Sin embargo, por un momento, en su mente se enciende un hilo de luz de neón guiándole hacia otra parte; quizá a algún instante concreto de todas esas cosas abandonadas o, tal vez, hacía el lugar del pecho donde reside todo lo que no existe más.

Carretera y manta

Un sinsentido. Eso me parece. Un completo absurdo. Mientras unos hablan de amor libre y adoran a su todopoderoso dios que les permite ponerse morados canuto tras canuto, otros hablan del amor, ¡oh que bonito es!, o ¡oh que desdichado es!, sin olvidar a esos que se cagan en todo por cagarse, “es que estamos enfadados, este mundo es una mierda”, dicen, o los que se adoran y se la menean mirando al espejo, “es que las he pasado negras y mírame ahora”, dicen.

Bien pues, caguémonos en todo, olvidemos las formas, todo eso son chorradas, rompamos todos los espejos, pues es evidente que a nadie le gusta lo que ve, la policía cuanto más lejos mejor, total, así nadie molestará al hacer lo que tenemos que hacer, y al que no le guste, ¡carretera y manta!

Música, televisión, libros, cuadros...todo se degrada, todo es degradado. Y todo por unos aplausos, unas palmas chocándose. Un sinsentido.

El espíritu del vino

Nunca he sido muy de heroes, sin embargo, la semana pasada deambulaba por la facultad cuando sonó en mi ipod y la verdad es que, musicalmente hablando, El gran descubrimiento que he hecho esta semana.

Disfrutarla!

De paseo por las vegas

Viva las Vegas!



Disfrutarla!

Train Song

Me emociona, me emociona.

A train can't bring me home

Hijos de Literatura Eléctrica [Vol. 1]

El rol del artista consiste en inocular el mundo de desilusión.
Henry Miller

Hoy me he levantado de la cama sin mirar al lado izquierdo, ese lado que era tan suyo como mío. He andado hasta la cocina esquivando los restos de cristales rotos de la noche anterior y no he mencionado su nombre. Ni siquiera ha pasado deslizándose por mi mente una foto desenfocada de su rostro, ni tampoco el sonido de sus dedos al piano o cualquiera de aquellos vestidos de plata. Por fin la he enterrado. He limpiado todos los destellos. Puedo seguir hacia delante, porque esa es la única dirección posible. Hacia abajo ya no hay camino, lo he visto todo. He derramado mi propia sangre en las canciones. Ha sido agotador extraer todo ese horror de la piel para mirarlo desde afuera.

¿Y ahora? ¿Soy ya otro? ¿O soy el de siempre otra vez? ¿Acaso tú puedes decirme dónde guardo todo lo que me has dejado y no puedo devolverte? Las playas, los hoteles, los inviernos, el norte, los pecados, tus labios en el mes de Enero y tus ojos de luna de agosto. ¿Cómo voy a olvidarte si todavía estás aquí cuando ya te has ido?

Te sigo esperando Luna.

Rescue blues

Lo descubrí hace poco con el tema "When the stars go blue" del CD Gold que fue el que le catapultó a la fama. Tras esto he seguido sus colaboraciones con the cardinals y algún trabajo suyo. Pero nada como Gold: Ryan Adams

Ayer

Un pequeño tributo a quien, hasta ahora, había pasado desapercibido por aquí.

Conciertos Acció cultural del país valencià


Este pasado sábado 9 de mayo la acció cultural del país valencià organizó una especie de pequeño festival que contó con un cartel interesante que mereció la pena ir a ver.

El festival en sí empezó a las 9, sin embargo, debido a la puntualidad de un servidor y a la impuntualidad de ANA y MIRE no entré hasta que una amiga me rescató de mi naufragio.

Tras dicho rescate entramos cuando el primer grupo, el ganador de un concurso de bandas, había casi acabado, mostrando un estilo muy parecido a los ya conocidos "Orxata Sound system".

Al poco de irse este grupo (Desconozco el nombre) entraron a escena el grupo Aramateix (va todo junto) que no llegó a sorprendernos a los que habiamos llegado a la hora por su poca originalidad ya que tocaban como la gran mayoría de grupos Ska valencianos: Al más puro estilo gossa sorda u obrint pas.

Tras 2 actuaciones que dejaron bastante que desear, y ya con las tardonas entradasa escena, actuaron los que para mí, fueron la sorpresa de la noche: Sva-ters. El día anterior tocaron en su pueblo natal y encima presentaron disco, razón por la que creía que las ganas de tocar serían nulas. Y cerrandome la boca, el grupo natural de Alcàsser destilaron un ska animado, con energía y plagado de humor. Sin ir más lejos aparecieron disfrazados tanto de mafiosos como de playeros o de mujer y además cantaron estrofas de canciones como "revuelta en el fenopático" de Kortatu o "Jesucristo García" de extremoduro. Los temas que recuerdo que sonaron fueron la republica Alcassera y la Rumba d' Amore entre otras ya que estos nunca han sido de mi agrado (hasta el sábado claro)



Tras Sva-ters, aparecía el plato fuerte y el grupo por el que me moví hasta el parking de Tarongers: Los vascos Berri Txarrak. El grupo navarro liderado por Gorka Urbizu dió todo un recital con los mejores temas de su repertorio con canciones como Oreka, Jaio musika hil, Ebidenteegia, Zirkua, Lehia o Kezak entre otros temas, donde demostraron porque es un grupo que ha tocado en paises como Japón o los estados unidos. Además de esto, Gorka se comunicó en Valenciano con el público y se animó a hacer una versión del grupo valenciano KOP. En definitiva, un sobresaliente para el trío de Lekumberri.






Por último y ya para cerrar la noche Pirat's sound system despedían a uno de sus 2 cantantes, Rodrigo, que abandona la banda por motivos que no conozco. Sin embargo, algo que debería ser digno de una gran fiesta de despedida se quedó en el intento porque cuando mehjor pintaba la cosa el grupo se vió obligado a abandonar el escenario, seguramente por la hora a la que la organización había acordado terminar el concierto con Rita.



Por lo tanto la noche fue una gran fiesta llena de pogos y alegría al muy asequible precio de 10 euros.

Desde el vibrante acero [Vol. 4]


La lluvia cae desde lo alto del cielo para rebotar sobre la pulida madera del ataúd y romperse en diminutos cristales acuosos como los que recorren nuestras mejillas, fugadas de las cuencas de los ojos. Alguien habla, no le conozco, supongo será un familiar, algo así a un amigo. Las palabras se ensordecen para perderse en la inmensidad del mundo antes de llegar a mis oídos, lástima que no ocurra lo mismo con la melancólica dama que llora a mi lado; creo que es su madre.

Cuantísima gente de negro hay, nunca lo pude haber imaginado, parece la marea oscurecida por la noche que trata desesperadamente de llegar a la orilla, y yo tengo el privilegio de estar cerca de la soñada arena. Para ser sincero conmigo mismo, pues no creo, ni deseo, que nadie más pueda escuchar mis pensamientos, jamás fue de mi completo agrado. Gran músico, eso jamás se lo negaré, pero patético para vivir, patético para existir. Lo tuvo todo, dinero, mujeres, admiración, el cielo en sí, ya no al alcance, si no en su misma mano, en su guitarra, aunque supongo que algo echaría en falta. Tocamos un par de veces juntos, por suerte, seguirle me resultaba imposible, yo soy solamente un cualquier batería sacado de las calles de Buenos Aires al que le gusta tomarse un mate después de comer, ¿cómo voy a seguir a alguien como él? Es como querer convertir el carbón en oro.

Cuando le conocí, me pareció ver a un moribundo, hasta el punto, que creía haber sido engañado. Pero yo fui yo el único que se engañó a si mismo. La magia del beso que despierta al príncipe encerrado en la rana es la que convirtió aquel mendigo en quien debía ser. Aunque su música, ya no era como la de antes, como la del principio; angustiadas, breves, cortadas notas antes de llegar a sonar como saben, como deben, como nacieron, se entrelazaban unas con otras en una orgía sin sentido, de estridentes sonidos que agitan la tranquilidad de los oídos. Era como el desgarrador chillido de la garganta a la que una soga aprieta y aprieta, la cual grita, cosa imposible, pero lo hace, mas no es escuchada, mas no es atendida.

No sé que vio este pobre diablo en los ojos que le miran desde el espejo, o los que le miran desde el público, desde los aplausos. No sé que vio este hombre, o que dejo de ver. No sé que comprendió, o que dejó de comprender. No se que sintió, o dejó de sentir...pero tampoco quiero saberlo. Las personas, como animales que somos, sólo tratamos de sobrevivir en el despiadado mundo que se abre por la boluda concha de nuestras madres. Comer antes de ser comido, huir antes de ser cazado; al fin, todo se reduce a eso. Pero este hombre, este diablo, este dios, comprendió, tal vez, que las personas no son simples animales, que son algo más, pues tuvieron la osadía de crear y destruir a seres como dios. Y todo ello, nada más, para huir de la verdad, de la temida verdad: que todos somos animales, como he dicho, y sólo tratamos de sobrevivir, de sobreponernos al día a día.

Alguien dijo una vez que la felicidad es el fin último, que la felicidad es la libertad. Pero de eso hace mucho, demasiado. La felicidad es una triste quimera, tramposa y embustera que encierra demasiados secretos. Que en paz descanse, y allí dónde vaya, que encuentre lo que aquí no encontró.

Mirad, una paloma blanca alzando el vuelo. Qué hermosa es.

Madam Monet


I love Impresionismo

No salir de la cama...

Aunque ya me lo habían recomendado, no pensé en descargarme parte de su obra hasta que leí la crónica del concierto al que asistieron los integrantes del equipo de corazones hambrientos: Nacho Vegas Captó mi atención, y, la verdad, no me arrepiento de que así fuese.

Os dejo entonces con el tema "Dias Extraños" de su doble CD con Bunbury titulado "El tiempo de las cerezas"



Disfrutarla!

Desde el vibrante acero [Vol. 3]


Al acabar el concierto salí por la puerta de atrás a dónde nadie me viese, a dónde los coches tratan de arrancar el alquitrán de las calles y salpican las aceras con la lluvia que no encuentra rendija por la que colarse. El humo del canuto hilaba ríos de plata brillantes en la oscuridad, los pasos se asfixiaban en el eco del vacío, el frío detenía los relojes. No iba a ninguna parte en concreto, simplemente caminaba hacia cualquier lugar, toda esquina era buena para torcer. Empezaba a llover.

Había tocado una vez más, como me habían pedido esos bastardos de la casa discográfica; la última vez. No quedaba nada por demostrar, a nadie. ¿Y ahora qué? era la desdichada pregunta que me perseguía en mis sueños, robándolos de la cárcel que ahora era mi mente, escondiéndolos, alejándolos. ¿Era ese el fin? Hablan del destino como si fuera poesía encadenada a su propio exilio, condenada a no ser cantada, como una ola que jamás llega a la orilla, como los colores al ciego, como baladas al sordo. Pero el mar arrojó sus hijas contra los acantilados, el ciego aprendió a ver los colores en las notas y el sordo a oír las notas en los colores. ¿Cuál es el destino del destino?, ¿cuál el deseo del deseo?, ¿cuál el aire del aire?

Pasaron los días, y las luces de neón se parecían cada vez más a unas piernas de mujer, a una raya blanca en el servicio, a botellas vacías por el suelo, a cristales rotos, sábanas revueltas, gritos, sollozos, desesperación, locura. En blanco y negro giraba el mundo sobre mí, estridentes altavoces cacofónicos reemplazaban el habla, distorsionadas figuras angostas reencarnaban a las personas. Ignoraba cual era la próxima parada de este tren descarriado, y yo iba en él, en uno de sus asientos; por megafonía el conductor confesaba haberse perdido.

Una mañana la volví a ver, sobre la cama, picado el rojo de su piel, oxidado el acero. Me la vestí una vez más, sin embargo, ya no me susurraba. Cada nota era un verdugo, el mismo hombre encapuchado quien afiló la espada hace mucho. Sangran las muñecas por el roce de los grilletes; tal vez hoz, tal vez mañana, quien sabe cuando llamarán a tu puerta, lo único que puedes hacer es esperar, esperar.