IL QUARTO STATO- GIUSEPPE PELLIZZA
Este cuadro fue pintado por Giuseppe Pellizza, del que no se conoce ninguna otra obra. Muestra una manifestación campesina en la Italia de 1901, y es sin duda una maravilla tanto pictórica como contextual, razón por la cual fue elegida por el director de cine Bernardo Bertolucci como fondo para presentación de Novecento (1976), espero que lo hayáis disfrutado.
Los 120 días de Sodoma- Marqués de Sade
Corrosivo, obsceno, inclasificable, inteligente y sobretodo irrepetible. Para aquel que no conozca a este granuja francés del siglo XVIII, es bastante indicadora la palabra a la que dió lugar su nombre: “Sadismo”. Con este libro, que escribió durante su encarcelamiento en la Bastilla, el Marqués de Sade nos cuenta la historia de un duque, un obispo, un ex político y un financiero que enloquecidos por el libertinaje, las fantasías sexuales y su afán de dominación encierran en un castillo a quince muchachos,8 muchachas y a sus esposas. Los ciento veinte días serán divididos en cuatro partes, en cada una de las cuales una experimentada alcahueta se dedicará a narrar para el disfrute de los señores cada una de sus experiencias sexuales (pederastia, mutilación, coprofagia, sodomía, prácticas blasfemas), mientras estos las llevan a cabo con las víctimas que han secuestrado y están bajo su dominio.
De esta manera Sade nos pinta a esta panda de cabroncetes adinerados como unos héroes, que sólo tras librarse de la carga de la religión (ninguno más ateo que el obispo) han sabido llevar a cabo sus pasiones sin la carga de los remordimientos y han alcanzado la anarquía del poder. En muchos aspectos me recuerda al pensamiento de Nietzsche, en cuanto a la existencia de la moral de esclavos, que rezan a Dios y a la benevolencia del hombre; y la moral de señores, que someten a los esclavos y se burlan diciendo que no tienen más dioses que adorar que a ellos mismos, Aunque es necesario señalar que Sade es anterior al filósofo prusiano (dejo este tema a los experimentados en la materia).
Y es cierto que en muchas situaciones, a la gente le gusta fastidiar a otras personas, no por ningún motivo en concreto, sino solo porque les da gustito, especialmente cuando se sitúan en las altas esferas.
También recomiendo la peli de Pasolini basada en el libro, aunque tanto la película como el libro no son aptos para estómagos sensibles (a su lado “2 girls 1cup” es un PowerPoint de gatitos). Si seguís mi consejo de leer el libro no os arrepentiréis.
Live From Mars.
En marzo del 2001 Ben Harper con sus Innocent Criminals nos trajo un álbum con dos discos, el primero con su fuerza eléctrica, el segundo con su voz por encima de una guitarra en acústico. Un álbum con sus mejores trabajos, más versiones de Led Zeppelin, The Verve o Marvin Gaye, versiones magníficas por cierto, grabado durante los conciertos que realizó un año atrás. Nada mejor para conocer a un buen amigo de Jack Johnson difícilmente catalogable a un único género.
Capítulo 2: Susana.
Entrad, entrad y dejad la confianza a fianza por la esperanza, os traigo mescolanza de certeza y crudeza, la terneza de la tristeza. Entrad, entrad y ved volverse en penumbra la oscuridad y en mentira la lealtad. Entrad, entrad y ver la realidad obviedad en la mendicidad de la mendacidad. Entrad, entrad y disfrutad del Fuego Blanco, de su satírico juego sádico, volved a las espadas, sombras y conjuras. Centenarios inocentes, inconscientes comediantes, imprudentes caminantes de los cementerios, anhelad la libertad de la felicidad sin complicidad ni soledad, la libertad de una felicidad en eternidad con la realidad. ¿Hallaréis la solución de redención cuando doble la campana?
— ¡Susana! ¡Susana!
¿Susana?, ¿la anciana?, cayó en el cementerio en un día demasiado tardío. Es ya un recuerdo roto a mostrar ante el rostro del resto para que sigan el rastro. Es ceniza en danza.
Vuelva, pues, a la vida hoy.
— ¡Ya voy!
Humo sois y humo os veréis.
El árbol de la vida.
Terrence Malick nos ha dejado en el ya casi consumado 2011 El árbol de la vida, junto a Brad Pitt y un efímero Sean Penn, cuyo trabajo se limita a diez minutos. La calidad de los primeros momentos es indescriptible, con unas imágenes que algunas críticas han llegado a considerar poéticas, pero cuando acaban más valdría salirse del cine. Sin embargo, terminar ahí la película sería lo mismo que no hacer la película, había que acabarla, pero no cómo se hizo. Un resultado para mí, el de esta segunda parte, soporífero. Le falta contundencia.
Tampoco los actores destacan por una gran actuación, para que engañarnos, ni el diálogo en sí es bueno, el poco de él, resumible en un par de páginas. Porque una obra existencialista como ésta, sólo les diré al respecto que la primera imagen es una cita del Libro de Job, necesita de contundencia y precisión y El árbol de la vida ni conoce una ni sabe qué es la otra.
Por cierto, el doblaje en español horrible, cosa que es comprensible, pues, según me contaron, ni los mismos actores sabían lo que hacían. ¿Cómo iban a saberlo quienes la doblan?
Deltoya.
Posiblemente el mayor éxito, junto a Jesucristo García, de uno de los mayores grupos de rock, duro quizá, del país y del habla hispana. Y es que tanto una como otra son las banderas por excelencia del grupo, su insignia distintiva, su mejor definición, al menos, antes de los últimos dos discos. Rabia y desquicio en una canción que luego Fito…
Aromas.
Dadas las fechas los anuncios, más que nunca, se centran en ese deseo consumista del que no trataré hoy, al menos, directamente. Prefiero encargarme únicamente de los anuncios, con lo que ello conlleve, y concretamente de los anuncios de perfumes porque, en propia opinión, son los mejores trabajos de marketing que uno puede tener al alcance de la mano, junto a los de automóviles, claro, pero éstos son más continuos a lo largo del año.
Y es que los anuncios de perfume van dirigidos estrictamente a un tipo de persona: a los que quieren ser un tipo de persona, los que buscan definirse dentro del resto. Sobre todo a día de hoy. Para ello, ahora entenderán el por qué de mi elección, las compañías del sector disfrazan sus anuncios de aromas mismos, son aromas vendiendo aromas, una idea espectacular la suya. Y los llamo aroma en tanto que, como un olor que aparece junto a ti sin darte cuenta, sin verlo, te embelesan hasta el punto de llegar a reconocerlos sin caer en conocerlos. Como un aroma cualquiera. En ese entonces, en muchos entonces posteriores, tras el sutil encantamiento, reconocerán ese aroma cada vez que se acerque, sin necesidad de saber siquiera su nombre.
Claro está, no basta sólo con esto, es necesario un estilo, un buen estilo definitorio y reivindicativo, el estilo de una marca, que se ajusta, por necesidad, a sus consumidores. Lo cual en sí mismo no resulta fácil, aunque tampoco tan complicado si colaboran importantes y reconocidas actrices.
¿Por qué en estas fechas? Bueno, quizá por las continuas comidas familiares, por los actos ceremoniales sociales ineludibles que atender no de cualquier manera, quizá por esa, tan repetida, voluntad de empezar nueva vida con el año nuevo. No sabría decirles la verdad.
Les dejo este último vídeo sólo para contarles la siguiente anécdota, curiosidad más bien: La rubia es la biznieta de un tal Hemingway.
13 cuentos desde la bohemia urbana
Capítulo 1: La llegada
Las hileras de árboles se sucedían unas tras otras mientras avanzábamos con mi viejo coche rojo. No sabía bien si se trataban de pinos, eucaliptos, robles o madroños. Nunca me han interesado las plantas ni los árboles. A mi lado, Nuria daba golpecitos con los pies contra el suelo, lo sabía tan bien como yo. 3, 2, 1…
- Adrián… ¿Nos hemos perdido verdad?
- Mmmmmmm, no lo sé, igual no- dije con más indiferencia que esperanza.
- Me miró con una media sonrisa y me dijo- ¿Qué dirán todos cuando vean que el puntualísimo Adrián llega tarde?
- Bueno, todos saben que iba a ir a recogerte, así que no creo que a nadie le sorprenda- contesté con un tono jocoso- Pero bueno, así no espero aunque sea sólo por una vez- Dije mintiéndome a mí mismo, pues siempre me había gustado ver como la gente iba llegando y ver con que ánimos aparecían.
- Claro que sí, si es que te hago vivir nuevas experiencias.
- Me vale con irme un fin de semana a una mega-casa en mitad de la sierra a pasarlo bien con mis amigos.
- Ya pensaba yo que iba a ser demasiado para ti dos cosas a la vez… Pero bueno, tomate esto como un entrante al fin de semana.
- Seguro.- Dije sin demasiado convencimiento, no sabía bien por qué pero el viaje se me estaba haciendo largo, me encantaba hablar con Nuria pero había madrugado y estaba un poco cansado. Además el tener que llegar y ver a Roberto con varias cervezas esperándome me daba un poco de pereza, no me apetecía beber ahora mismo.
Pese a no saber muy bien donde estábamos, habíamos tenido suerte, pues vimos el coche de Pedro girando una rotonda. Éste nos pegó un pitido y nos hizo un gesto con la mano para que le siguiéramos, lógicamente, no dudamos.
- ¡Ahí está Pedro, seguro que él sabe llegar!- Dijo Nuria.
Asentí.
En el coche de Pedro, se podía ver también a María, Ricardo y Raquel, que nos saludaron con las manos.
María y Raquel lucían su sonrisa típica pre-cotilleo y apuesto el brazo que hablarán de si Nuria y yo tenemos un lio o no y cosas por el estilo. A mí, la verdad, tanto me daba lo que dijeran. Ricardo por el contrario, miraba a través de la ventana, haciendo patente que le interesaba tanto el tema como a mí. Desde luego, Ricardo siempre había sido un tipo de lo más discreto al que no le atrae la idea de meterse en asuntos ajenos, muy buen tipo sin duda.
Al volante, Pedro sonreía mientras soltaba comentarios que hacían reír a las dos chicas. Es necesaria una persona que de ese toquecito de humor en todo grupo, hasta en los entierros. Y en nuestro grupete de amigos, Pedro sería el que va de amarillo a los entierros.
Tras unos quince minutos de travesía llegamos a la casa de Susana. Nunca había estado antes, y la verdad, me quede asombrado. Aquello parecía una mansión. Tenía una especie de jardín exterior con unos campos de naranjos y olivos. No sé si era de una, varias o media hectárea pero era lo suficientemente grande como para que unos niños lo pasasen de miedo jugando por ahí al escondite. Al acabar los campos se alzaba la casa. Ésta tenía una puerta principal y unas escaleras, a ambos lados de dicha puerta que subían hacia una especia de terraza que había en la primera planta. Era toda de color blanco, y pese a que era imposible que esa casa fuese nueva, por la zona de la sierra en la que estaba y el estado de la valla que anunciaba que entrabas en propiedad privada, la casa se conservaba perfectamente, seguramente a causa de una o varias reformas.
Aparcamos en un parking habilitado seguramente para la ocasión que quedaba a la izquierda de la casa. Digo habilitado para la ocasión por qué era evidente que al menos, un tiempo atrás, en esa parte de la propiedad había habido un granero o algo por el estilo, ya que todavía quedaban por ahí esparcidas maderas, tejas y vigas pertenecientes a la antigua construcción.
Nuria no dejaba de soltar comentarios de asombro acerca de la casa, estaba claramente sorprendida con el dinero que manejaba la familia de Susana, desde luego no era para menos.
Bajamos todos de los coches y, efectivamente vimos el resto de coches ya aparcados junto a los nuestros, éramos los últimos. Entre los seis cogimos todas las cosas que habíamos llevado para pasar el fin de. En su mayoría comida y alcohol. Al llegar a la puerta principal oímos la inconfundible voz ronnca de Roberto desde la terraza que quedaba subiendo las escaleras.
- ¡Hombre! ¿Ya era hora no?-Dijo gritando.
Lógicamente, junto con él se asomaron José Luis y Juanjo. Estos tres siempre van juntos, y como ya había predicho los tres tenían un pack de cervezas en una de sus manos. Típicos pedofas cierra bares. Gente divertida a la que acabas conociendo porque coincides con ellos cada vez que vas al bar típico de la universidad. Sólo que estos siguen aquí años después de haber terminado la carrera.
Además de estos tres, en la terraza había dos chicas a las que no había visto en la vida, y sinceramente me extrañaba que cualquiera de los miembros del festivo trío hubiese “malgastado” un fin de semana de desfase chaletero trayendo a una chica que había conocido tras la última juerga. Tras mi mirada de desconcierto, Juanjo no tardo en dar explicaciones:
- Estas dos chicas son Sara y Marion, son amigas de Susana de la infancia. Marion es francesa. Ya sabes lo internacional que es Susana que enseguida hace coleguitas por ahí.
Acto seguido me presente y les di la mano, nunca me han gustado los besos ni los abrazos. Me parecen forzados en según qué momentos.
- ¿Y Susana?- Pregunté
- Nada más llegar se metió en la casa para organizar algunas cosas, dijo que no entrásemos hasta que huvieramos llegado todos.- Me contestó Sara.
- De todas maneras ya estamos todos aquí, además tengo gusa y mis cervezas están calentorras así que necesito cambiarlas. ¿Tiramos para adentro?
- Go!-Grito energéticamente Nuria.
Efectivamente todos nos dispusimos a bajar ordenadamente por las escaleras y entrar a la casa. El fin de semana había empezado oficialmente.
Go with the flow
Pajaritos y Pajarracos- Pier Paolo Pasolini
La película trata sobre un propietario de tierras y su hijo que van "allá, donde el horizonte" acompañados en parte del camino por un cuervo socialista que les contará la increíble historia de la evangelización de los halcones y gorriones. A parte de este encuentro habrán muchos más, cada cual más insólito e insospechado.
El Director Italiano Pier Paolo Pasolini hace sin duda un trabajo excepcional, porque mezcla en surrealismo más puramente onírico con la situación económica de un país en el que los campesinos se mueren de hambre y son explotados por sus amos, así como también un fuerte simbolismo. De esta manera cuando uno ve la película, a veces ríe, a veces se sobresalta, pero otras veces se le hace un buen nudo en la garganta. Por tanto podemos decir que Pasolini pertenece al movimiento que podríamos llamar "surrealismo italiano posbélico", que contiene películas de otros autores de renombre, como es el caso de "ocho y medio", o en un tinte un poco más realista "Rufufú". Esta categoría contiene todo el cine italiano de las de las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta que presenta situaciones surrealistas con una gran participación del humor, que conviven con una situación social de gran realismo.
I' m a man- Black Strobe
Pese a ser muy difícil de superar el tema original, me atrevo a decir que entre los muchos cover que tiene I'm a man, me quedaría sin duda con este, puesto que pese a cambiar en algunos aspectos el ritmo de la canción, Black Strobe consigue poner su sello personal sin mutilar en exceso el tema original. Espero que lo disfrutéis.
The Shipwreck.
Joseph Mallord William Turner, romántico pre-impresionista enamorado del paisajismo, nos dejó una colección perpetua ya en el tiempo, pese a la dudosa fama que sembró en su contemporaneidad inglesa, muestra de un estudio de la luz que nada envidia a Sorolla.
Les dejo con The Shipwreck y su romanticismo enjaulado en su fascinación por el mar.
The Early Years.
Presentó Tom Waits en 1991 The Early Years Volume One, un álbum recopilatorio de canciones previas a Closing Time, su primer trabajo, algunas de las cuales ya se presentaron con él en 1973 . Dos años más tarde pondría a disposición pública la segunda parte. Un par de álbumes magníficos para ir familiarizándose con ese hombre del sombrero con voz rasgada y melancólico cantar. El primer volumen cuenta, por citar algunas, con la formidable Had Me a Girl, con una gran Rockin’ Chair y un blues llamado Ice Cream Man; en el segundo se encuentran, por citar otras, sus famosas I Hope That I Don't Fall in Love with You y Ol’55. Les dejo con una pequeña muestra.
Dicen algo así:
Well I had me a girl in LA
I knew she couldn't stay
Had me a girl in San Diego
One day she just had to go
And I had me a girl in Tallahassee
Boy what a foxy lassie
And my doctor says I'll be alright
But I'm feelin' blue
And my doctor says I'll be alright
Doctor says I'll be alright
Doctor says I'll be alright
But I'm feelin blue
I'll be clickin' by your house about two forty-five
Sidewalk sundae strawberry surprise,
I got a cherry popsicle right on time
A big stick, mamma, that'll blow your mind
'Cause I'm the ice cream man, I'm a one-man band (yeah)
I'm the ice cream man, honey, I'll be good to you.
Baby, missed me in the alley, baby, don't you fret
Come back around and don't forget,
When you're tired and you're hungry and you want something cool,
Got something better than a swimming pool
Blue skies over my head
Give me another reason to get out of bed
And blue skies shine on my face
Give me another woman to take her place
Ain't got no money, cubards are bare
No cigarettes and the kids got nothing to wear
She walked out without a word
Now the only sound left is the morning bird singing
Capítulo V: Fría indiferencia
Anonadado. Patidifuso. Dolido. Exhausto. Helado. Todos esos y mil adjetivos más me definían perfectamente en aquél momento. La traición duele. Siempre. Por mucho que te la esperes. Y sobre todo si no te la esperas. Más todavía si encima viene de alguien cercano a ti. Pero así es la vida. A base de golpes uno se hace fuerte. Bueno, más que fuerte diría que duro. Incluso insensible. Indiferente. En aquél momento me di cuenta de que ya nada tenía importancia ni valor para mí. Más que golpes, yo había recibido balazos, y nunca mejor dicho. Pero aquél había sido el superlativo, por encima de todos los anteriores. Cuando piensas que nada te puede sorprender y que nada puede ser peor, ahí llega algo que te demuestra lo equivocado que estás. Ya no confiaba en nadie. Ni siquiera en padre. De hecho, en él menos que en nadie. Sabía que era un tipo duro, demasiado. Y entendía su punto de vista. Pero se había pasado.
Bueno, al menos había averiguado por qué falló Aurora al disparar. Esa pregunta me había estado carcomiendo las entrañas durante mucho tiempo, demasiado. Lo de Darmody lo suponía ya. Ese cabrón siempre estaba al acecho, como un ave de rapiña, sin dejar escapar la mínima oportunidad para aprovecharse de las situaciones y desgracias ajenas. Ahora tenía que poner mis pensamientos en orden y aclarar mis sentimientos. Sobretodo antes de ver a Malone y Aurora. Pero eso ya no era posible. Ya era tarde. Sabía que me estaban esperando y que no podía permanecer así eternamente.
Una imagen pasó rápidamente por mi mente. Fugaz, como una estrella: Malone. Yo. Un disparo entre ceja y ceja. Otro en la sien. Fin. Me pregunté si sería capaz, si de verdad tendría esa sangre fría. Sabía que si estaba Aurora, la respuesta sería no. Era ridículo. Todavía me temblaban las rodillas cada vez que la recordaba. Y la bala. Dichosa bala. A veces deseaba que no hubiera fallado. Incluso ahora, que sabía que había fallado adrede, siguiendo órdenes. Durante un pequeño instante, deseé dispararle a ella también. Pero sabía que no lo haría. Odiaba esa sensación. Un tipo duro, como se suponía que era yo, no debería andarse con chiquitas. Como padre. Él sí que nunca flaqueaba, ni un segundo. Pero yo era distinto. Por mucho que intentara ocultarlo.
Finalmente llegué abajo. Consulté mi reloj de pulsera. Sorprendentemente, solo habían pasado 3 minutos desde la conversación de padre. Los pensamientos eran más rápidos que yo. Sin vacilar, monté en el coche. Aurora estaba en el asiento trasero, lo que significaba que me cedía el puesto de copiloto. Malone, como no podía ser de otra forma, iba al volante. Pensé que eso me facilitaría las cosas a la hora de pegarle un tiro en la sien. Quizás en algún semáforo, donde ni mi vida ni, sobre todo, la de Aurora corrieran peligro. Sabía que ella no gritaría. Permanecería impasible, como siempre.
Sin dirigirnos la palabra, arrancamos. Al siguiente cruce, viramos a la izquierda, luego a la derecha, después de nuevo a la izquierda. Y así sucesivamente, siguiendo un camino que conocía de memoria. Me di cuenta de que ya ni siquiera deseaba la muerte de Malone. Ni de Darmudy. Ni la venganza. Tampoco hablar con Aurora.
Finalmente llegamos. Al bajar del coche, rápidamente y sin dudar un solo instante, disparé a las ruedas del coche y volé el espejo retrovisor. Otro disparo más y todo se llenó de cristales. Acto seguido, sin esperar su reacción, entré en el portal, en busca del dichoso Darmody. Le había reservado la última bala. Sabía que esta vez el pulso no me temblaría ni fallaría. Directo al centro de la frente. Y así lo hice. Eché la puerta abajo de una sola patada y allí estaba el cabrón. Esperé medio segundo, el suficiente para que supiese que era yo y mi imagen fuese la última que viese, y disparé. Me di media vuelta, pasé entre Aurora y Malone y me marché de allí. Ni siquiera sé si me miraron, ni qué dijeron, si es que dijeron algo. Ni quería saberlo. Había llegado la hora de actuar.
Sin pausa pero sin prisa, con las manos en los bolsillos y reflexionando sobre mi próximo paso, abandoné la escena del crimen. Ajuste de cuentas, más bien. Aquél cabrón se lo merecía.
Vida d’un Gat.
Albert Pla publicó en 1989 su primer álbum, Ho Sento Molt, y en él la canción Vida d’un Gat que llegó a mí recomendada por una madre en lo biológico segunda y en lo latino primera. Canto crítico a una existencia de desgracias y penas, ya sea por guerras civiles o amores, al compás rítmico de una voz modulada a la perfección según la historia dicta, junto a esa característica forma de cantar del autor. Uno de sus mejores trabajos.
Espronceda y El Diablo Mundo.
Ya les advierto, como buen traidor, que mi saber de Espronceda y su obra son propios y de nadie más. Este verano me dediqué plenamente, pero sin demasiada presteza, al poeta romántico español, reconocido como el mayor de todos ellos según tengo entendido, que cantó al pirata.
Era el libro un recopilatorio con sus poemas y obras: El Pelayo, El estudiante de Salamanca y El Diablo Mundo; les hablaré de éste último. El Diablo Mundo, incompleto por cierto, cuenta el renacer de un hombre viejo por un especie de pacto fáustico, por explicarlo fácilmente. Bajo esa introducción, Espronceda nos muestra su visión del mundo y sociedad de la época con los ojos del joven viejo, retratos a día de hoy todavía viables, mientras éste se adentra en ellos conociendo el amor, la traición, la incomprensión y demás compañeros habituales de tales hostales. La profundidad filosófica, tan esencial como primordial en la obra, no es especialmente sorprendente ni apabullante pero la rima, aun con ciertos momentos de cierta bajeza por necesidad meramente narrativa, en cuanto que resulta demasiado rápida o poco detallista, para ser una poesía romántica digo, llega, a mi gusto, a una altura digna de respetarse. Espero que con lo dicho, y el par de citas siguientes, no las mejores posibles lo reconozco, se atrevan con el Diablo Mundo:
“Y este fue entonces el dolor segundo,
y dejaremos ya de llevar cuenta,
que para algo Dios nos echa al mundo,
y la letra con sangre entre y se asienta;
y así la razón gana, así el profundo
juicio con la experiencia se alimenta,
y porque aprenda, el mundo así recibe
al que no sabe cómo en él si vive.”
“Tú, pobrecillo, reserva
lo que ahora vas a saber:
que en el mundo hay que aprender
a sentir crecer la hierba.
El que lo gana lo jama;
a buscársela, hijo mío,
a hacer tú mismo tu avío,
que el que no llora no mama.
Y tú, para ti has de hacer;
yo te pondré en buen camino:
hijo, si tienes buen sino,
pan te queda que roer.”
Ilustres Ignorantes
Programón en clave de humor emitido por canal + dirigido por Javier Coronas y con la colaboración inestimable de Javier Cansado y Pepe Colubi.
Alabado sea el friki
El Superhéroe
Iván Ferreiro - Confesiones de un artista de mierda (2011)
Capítulo IV: Mahoney.
Padre estaba sentado junto a la ventana, en un sillón de cuero verde oscuro, mirando la nada entre sus cortinas mientras observaba en ella su propio reflejo. Un vaso de whisky sostenido en su diestra veía como se derretían dos piezas de hielo y un puro entre sus rojos labios gordos ahumaba gruesos hilos plateados. Estaba solo. Le enfoqué con el cañón del revólver apuntando a su boca oculta entre una barba áspera y ruda.
—No creo que quieras hacer eso. —dijo.
—Soy capaz.
—Eso no lo dudo. Dudo de que quieras hacerlo. Vamos siéntate, te estaba esperando — vacilé —. Si te quisiera muerto ya lo estarías.
Tenía razón. Podía haberme matado cuando hubiese querido, en cualquier instante. Malone podía haberme metido una bala entre ceja y ceja sin ningún problema. La situación me sobrepasaba de nuevo y él volvía a tener el control. Me senté lentamente en el otro sillón de cuerdo verde oscuro, sin dirigirle la mirada mientras él la clavaba en mí, como a un niño, aún empuñando el revólver, manteniendo las distancias pero sin apuntar a ningún lugar.
—Tengo un trabajo para ti, el último.
—Ya no trabaja para ti.
Dejó recostado el puro entre sus dedos mientras bebía de un trago lo que quedaba de whisky. Luego dejó el vaso vacío sobre la mesita de su izquierda.
—Al parecer Aurora hizo muy bien su trabajo. ¿Sabes por qué falló aquel disparo?
—Me lo pregunto todos los días.
—Yo se lo ordené. Estaba al tanto de vuestro plan. De hecho, fui yo quién lo planeó.
—¿De qué estás hablando?
Sonó el teléfono.
—Sí, ya podéis venir. Os estará esperando.
—¡No me ignores, ¿de qué estás hablando?! —grité mientras colgaba.
—Hijo mío, pronto tendrás que legarme, yo ya soy demasiado viejo. En nuestro oficio, en la calle, lo más importante son las apariencias. Tú eras demasiado ingenuo, demasiado niño para llevar el nombre de Mahoney y comprender lo que significa. En nuestra familia, las traiciones se sientan en la mesa todos los días. Debías hacer una y sufrir otra para poder sentarte a su cabeza. Extorsionar, robar, disparar, asesinar… simples tonterías. La traición es la que hace al hombre.
—¿Me estás diciendo que me engañasteis todo el tiempo? ¡¿Los dos?! ¿Qué me dejaste…
—Soy tu padre —interrumpió—, recuerda. Como padre debo proteger a mi hijo, a cualquier precio. Sobre todo, como te he dicho, en nuestra familia, y en nuestros tiempos.
Ambos nos quedamos observando nuestro propio reflejo dibujado en nuestro iris.
—Darmody está en casa de Aurora, el muy imbécil cree que es su amante. Sabía que con la traición de mi hijo Darmody se animaría para salir fuera de su sucia cloaca y tratar de hacerse con tu legado. Ha estado detrás de nuestro apellido desde que llegó, pero ya ha dejado de ser productivo. Le di todo lo que pedía y me aparte para no asustarle, incluso a Aurora, quién se quedó con él para controlarle mejor.
—¿Cómo sé que dices la verdad? ¿Cómo sé que no me engañas de nuevo?
—La verdad no la sabes, ni podrás saberla aunque esté delante de ti. Sólo puedes querer que sea ella, o no quererla, y confiar en eso. Cómo querías a Aurora. —Silencio—. Y ahora levántate, Malone y Aurora te esperan.
El Cuco marcó en el reloj el fin de la hora.
Gene Kelly - I'm singing in the rain
Es una canción pegadiza, dulce y en la que Gene Kelly nos muestra su gran voz, y su excepcional forma de bailar( en la película). Espero que la disfrutéis tanto como lo hize yo.
El aragonés errante
Corría el año 1987 cuando unos jovencísimos Heroes del silencio arrancaron su carrera musical con su disco "El mar no seca". Hoy 14 años más tarde el grupo no es más que grato recuerdo, sien embargo, su antiguo vocalista, Enrique Bunbury sigue regalándonos su música y sus letras.