Capítulo III: Escaleras

Planta Baja

Mientras subía las escaleras de aquel maldito y mugriento edificio de camino al séptimo y último piso, la imagen de Aurora no se me salía de la cabeza. Estaba claro: Esa sucia rata me la había jugado. Se apuntó a mi plan cuándo vio una buena oportunidad, y cuándo se percató de que la cosa no había resultado como esperaba, se volvió de nuevo del lado de Mahoney e intentó liquidarme en un intento de salvar su pellejo.

Primera planta

Cada paso que me acercaba cada vez más a mi destino era más costoso de dar, fuera lo que fuera lo que había detrás de esa puerta estaba seguro de que no sería nada que me fuese a gustar. En el papel ponía que sencillamente tenía que recordar a uno de los clientes de Mahoney que el dinero que se presta se devuelve y con intereses.

Segunda Planta

Era un trabajo demasiado rutinario para encargarme después de la sobrada que me he pegado con el jefe. Ese trabajo olía a chamusquina desde el primer momento, y más después de la conversación que acababa de tener con Darmody por teléfono.

Tercera Planta

Sin embargo, yo había llamado a Aurora, ¿Significa eso que su intento de desentenderse con el asunto no había funcionado y le habían volado la tapa de los sesos, o por el contrario estaba ahí con Darmody riéndose de mi tembloroso silencio al otro lado de la línea? Fuera como fuera, había sabido jugar sus cartas. El resto corre a juicio de Mahoney.

Cuarta Planta

Y si planean joderme, ¿por qué cojones no lo han hecho ya? Quiero decir, ¿para qué mandar a Malone a que se ande con jueguecitos de vente aquí o allá? ¿Acaso es esto una película y tiene que ser todo espectacular? Odio la elegancia y el heroísmo que se autoatribuyen algunos “gangsters “, los sermones preliqudación, los gestos con las manos y los serenos tragos de whisky antes de las amenazas. Se creen que son el jodido Tony Montana, y ese tipo no es más que un personaje ficticio.

Quinta planta

Estoy harto, o desquiciado, o las dos a la vez. Por un lado, quiero acabar con toda la angustia que me provoca esta situación, sé que esto acabará en el séptimo. Sin embargo, y por el otro lado, sé que el final es precisamente lo que no quiero, lo cuál me hace parecer un flan con piernas ahora mismo, lo que me hace saborear estas escaleras como si fuesen las últimas que pisase y a la vez que me haga platearme que quizás hubiese sido mucho mejor coger el maldito ascensor.

Sexta Planta

Sienta lo que sienta y este como este, ya estoy casi. Me ajusto el húmedo sombrero, miro el suelo y aprieto mi revólver con fuerza en el bolsillo. Resoplo y subo con paso firme, sólo dos escalones para el séptimo.

3 comentaris:

Anònim ha dit...

Bien, bien. Algo me dice que el protagonista tiene los peldaños contados.

Lusan ha dit...

Muy bien, sabía que podías hacerlo. Ahora tengo mucha intriga por saber qué le sucederá al protagonista...

manuel ha dit...

Me agrada más la tipologia que la historia, aunque no está nada mal. Os felicito